Se suponía que íbamos a casarnos en un hotel precioso con todo tipo de lujos y decoraciones de ensueño. En nuestro caso, al cambiar a unas restricciones más duras (todavía) tuvimos que cancelarlo todo una semana antes de la fecha.
Mi consejo para todos los que planeáis una boda en esta situación es que penséis sólo en el amor.
Estoy muy feliz de haber empezado ya nuestro capítulo como marido y mujer después de 10 años juntos.
Tu boda la empiezas a planear desde pequeña. Yo soñaba con mi vestido blanco, con mi padre llevándome al altar y por su puesto un hombre bien plantando esperándome. Pero sin embargo jamás pensé que todo lo mágico fuese a estar rodeada de tantas dificultades.
Durante estos tiempos de incertidumbre, hemos aprendido a abrazar el cambio, la incertidumbre, pero sobre todo, lo más importante, hemos valorado lo que realmente importa: el amor.
Empezar me resulta sencillo, casi tanto como lo fue todo hasta el mes de marzo cuando llegó la pandemia. Llevábamos más de un año organizando la boda, con calma y sobre todo disfrutando de ir borrando cada día del calendario e ir así acercándonos a nuestra fecha, 22 de agosto de 2020.
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